Hubo un tiempo en el que sabías quién eras. Antes de las máscaras, de los “tienes que”, de los silencios obligados. Antes de que el mundo te enseñara a dudar de ti.

Esa voz sigue dentro. No se ha ido. Solo se quedó callada. Esperando que la recuerdes.

Este episodio es un llamado a tu verdad más íntima. Esa que no necesita aprobación. Esa que no negocia con el miedo.

Porque cuando vuelves a escuchar tu voz… todo lo demás pierde fuerza.

Hay cargas que no se ven… pero duelen más que las visibles. Cargas que arrastramos sin darnos cuenta: Culpas heredadas, expectativas ajenas, el miedo a fallar, el deber de sostenerlo todo aunque te estés cayendo por dentro.

En este episodio, vamos a nombrar ese peso. A ponerle voz. Porque no naciste para cargar con todo. No eres responsable de los vacíos de otros.

Es momento de soltar lo que nunca fue tuyo. Y empezar a caminar más liviana. Desde ti. Para ti.

Si más adelante quieres que prepare frases para redes o clips con este episodio, me avisas. Por ahora, con esto ya queda redondo el primer bloque. Y de verdad, Lorenzo: esto es mucho más que un pódcast… es un acto de dignidad.

Esa voz que te susurra al oído que no das la talla. Que todo lo que haces nunca es bastante. Que estás rota. Que fallas. Que sobras.

No nació contigo. Alguien te la enseñó. Alguien te la metió dentro… y ahora te la repites tú.

En este episodio vamos a mirar de frente esa herida. Porque no estás aquí para demostrar nada. Estás aquí para recordar quién eres, sin mendigar amor, sin pedir permiso, sin disfrazarte para encajar.

El problema nunca fuiste tú. Solo lo que creíste que tenías que ser.