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El Juicio Escatológico de los Hijos de Dios

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El Juicio Escatológico de los Hijos de Dios

By: Arcadio Sierra Díaz
Narrated by: Virtual Voice
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Es sumamente notorio la falta de conocimiento en el pueblo de Dios de temas tan importantes como la diferencia que existe entre la salvación eterna, y el reino de los cielos. La salvación eterna es un regalo de Dios, que recibimos por medio de nuestra fe en la obra expiatoria de Cristo en la cruz. Tengamos en cuenta que la salvación no es por obras; mientras que para entrar al reino de los cielos es imprescindible obedecer la voluntad de Dios y vivir en santidad.
El día que creímos y nos arrepentimos de nuestros pecados pasados, ocurrió en nosotros algo maravilloso; experimentamos un nuevo nacimiento, nacimos a la vida espiritual; recibimos la vida eterna en nuestro espíritu, la vida de Dios. Ese día el Espíritu Santo vino a morar en nuestro espíritu; pero el caso es que nuestro yo, nuestra alma, necesita experimentar una santificación, que se va dando a medida que se ejecuta en nuestro entendimiento una transformación espiritual y moral; que vayamos siendo libres de nuestras viejas costumbres. Mientras tanto, en ese caminar, nuestra naturaleza carnal se hace sentir, y pecamos, y nuestro testimonio puede fallar, si no buscamos una auténtica entrega al Señor de todo nuestro ser. Y el Señor va a juzgar todas nuestras acciones, como hijos de Dios que somos, desde el momento en que en realidad nacimos de nuevo.
Este corto trabajo habla del juicio al que serán sometidos todos los hijos de Dios frente al tribunal de Cristo, una vez realizada la gloriosa segunda venida del Señor Jesús a la tierra. Allí tendremos que dar cuenta de todas y cada una de nuestras acciones mientras estamos viviendo en este cuerpo mortal. Pero las Escrituras no revelan sólo este juicio de los santos; existen otros juicios escatológicos que no debemos subestimar.
Al tener la certeza de que estaremos dando cuenta de nuestros actos delante del Señor, lo más acertado es que cada uno de nosotros se juzgue a sí mismo, con la ayuda del examen del Espíritu Santo, que mora en nuestro interior (cf. Salmo 139:22-24), y del certero dictamen de nuestra propia conciencia; y en consecuencia cada uno se arrepienta de sus malos caminos.
Dios tiene su trono en los cielos. Como todo trono, el de Dios representa autoridad; pero en este caso se trata de suprema y absoluta autoridad. La Biblia describe el trono de Dios. No significa necesariamente que se refiera a un trono literal, como los que conocemos en la tierra, en los palacios reales y en los tribunales de justicia. Lo digo porque a menudo solemos simbolizar el señorío de Dios y las cosas celestiales con algo que conocemos, sobre todo algo tangible. No perdamos de vista que Dios es espíritu. El trono de Dios descrito en las Escrituras, simboliza su exaltación y soberana majestad, de quien posee todo el poder sobre el universo, quien interviene en la historia humana; además tiene relación con la ordenación del destino humano.
El trono celestial destaca la soberanía de Dios sobre la historia y la consumación de su reino. El trono también significa que Dios se ha revelado como el supremo Juez. El es el Juez justo. Existe una connotación jurídica sobre todo lo que se refiere a Dios y a su reino. No hay reino sin trono y sin tribunal de justicia. Por tanto, debemos conocer la esfera jurídica en el reino celestial.
No obstante, lastimosamente, en el curso de mi caminar con el Señor, he observado que la gran mayoría de los hijos de Dios ignora que Dios le ha dado a su Hijo, al Señor Jesucristo, la potestad de ser el Juez de vivos y muertos, y que la iglesia también será juzgada delante del tribunal de Cristo, hecho que tendrá lugar un poco después del regreso del Señor a la tierra.
Dios mantenía buena comunicación con el hombre; después de la caída, esa comunicación se cortó; se necesitó de un intermediario a fin de reanudarla; y Dios lo proveyó; entonces fueron dispuestos algunos medios espirituales de contacto con los hombres, que, además de espirituales, son instrumentos jurídicos.

Christian Eschatology Christianity Theology
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